18 de diciembre de 2011

Súper cumpleaños.

Ayer celebré mi 15 cumpleaños (aunque mi verdadero cumpleaños es el día 27 de Diciembre).

Estoy cansada de los cumpleaños típicos. De no hacer nada y de las mismas cosas de siempre, así que decidí cambiar y celebrar una fiesta de superhéroes.

Cambié la decoración, la comida, los juegos, todo lo que se me ocurrió.

La comida, hice magdalenas de chocolate rellenas de mermelada de fresa y de melocotón, y otras magdalenas de limón con trocitos de chocolate. La verdad es que me quedaron mejor de los que esperaba.
Después hice un bizcocho de limón, que me salió sorprendentemente, muy rico y esponjoso. Para la tarta de cumpleaños hice, un pastel de galletas y chocolate. Pero este tenía un fallo. Era demasiado pastoso, no sé si era por el chocolate o por las galletas, pero era muy muy denso. En cuanto comías un par de cucharadas era imposible comer más.

En cuanto a la decoración. Puse toda la pared con grupos de globos de los colores de la bandera estadounidense, por toda la sala. Puse una mesa con platos de Spiderman y un par de muñecos de superhéroes.
Con la ayuda de Alba pintamos un mural con el cielo de Nueva York.

Y bueno en cuanto a juegos, pues los de toda la vida. Futbolín, dardos, mímica, tieblas... En fin.

Pero en mi opinión los más divertido fue el tema de los disfraces. Mirad.


16 de diciembre de 2011

La ley de Murphy.

Genial. Hoy ha sido un día genial, fantástico. El mejor día de mi vida. (Nótese la ironía).
Hoy era un día que espera que transcurriese de forma tranquila y relajada, con cosas que hacer, pero tranquilo.
Para empezar, algo no andaba bien esta mañana cuando me he levantado. No quería ir al colegio porque me sentía sin fuerzas, como muerta. Desde ese momento me he imaginado que hoy no iba a ser mi mejor día.
La mañana en el colegio ha transcurrido sin problemas y he pensado 'Que suerte, me esperaba un día peor.'
Pero las cosas han empezado a empeorar a la hora de comer.

He bajado a la calle dispuesta a irme a mi casa cuando me he dado cuenta de que no tenía el móvil. Me he descolgado la mochila, y lo he buscado por todas partes. Al ver que no estaba ni en la mochila ni el abrigo, he tirado la mochila al suelo y he subido corriendo a clase, con la esperanza de habérmelo dejado sobre la mesa o en la cajonera. No estaba.
He buscado por todas partes, en los pupitres en la mesa del profesor, en las demás clases, en la tutoría, esperando recordar dónde lo había dejado.
Al no encontrarlo un ataque de pánico ha invadido mi cuerpo.
Sumando el cansancio, el dolor de la agujetas y el disgusto que llevaba encima he caído en un bucle de histeria del que no podía salir.
Mi respiración ha comenzado a acelerarse de manera exagerada. El aire me faltaba y no podía moverme.
El poco aire que me daba tiempo a coger entre esos cortos y repetidos suspiros no era suficiente y no me llegaba a los pulmones. Me estaba ahogando.

Cuando ya llevaba un rato tirada en el suelo sin poder moverme, ni respirar como es debido, han venido a buscarme y han encontrado mi teléfono. Pero esa ya no era mi preocupación.
Han intentado ayudarme a levantarme del suelo, y me iban a dar mi móvil, pero yo no me lo creía, además tenía un problema más grave que el móvil, no podía respirar.

He salido corriendo de clase y al no tener oxígeno suficiente para echar a correr, he golpeado la pared con todas mis fuerzas con la esperanza de calmarme y recuperar el normal ritmo de respiración. Tras el golpe he caído al suelo sin aliento y mi respiración era cada vez más rápida, corta e insuficiente.
No podía hablar, ni moverme. Sentía que me moría. No me llegaba suficiente aire a los pulmones y veía como mi propio cuerpo se movía desesperadamente por un poco de aire.

Oía como mis amigos hablaban entre sí, intentando ayudarme. Se estaban poniendo nerviosos y han optado por pedir ayuda. Un profesor, mi tutor, quien pasaba por ahí a parado para ayudarme.
Ha conseguido levantarme del suelo y sujetarme por los brazos para que me mantuviera, aunque fuera sentada. Ha logrado que mi respiración se calmase por unos instantes. Mis amigas me ha acompañado al baño, pero en cuanto he conseguido calmarme, esa horrible y desesperante respiración ha vuelto a mi. Estaba apoyada en la puerta de un baño. No me tenía en pie, mis amigas me estaban agarrando.
Pronto más profesores han venido en mi ayuda. Han conseguido calmarme, me he relajado como he podido y hemos salido del baño. Todo se ha acabado.

Ahora lo pienso y me da vergüenza pensar que me he puesto así por un móvil. Por un objeto. Estoy mal de la cabeza. Pero debe ser que soy propensa a sufrir ataques de ansiedad. En tres años he sufrido cuatro ataques.
Mi respiración no ha vuelto a su completa normalidad hasta tres horas después del ataque. Ha sido muy angustioso.

Ha transcurrido el medio día. He comido y después he ido a clase de música. En clase de música cada vez me encontraba peor, no me tenía en pie, y no me salía la voz.
Más tarde mis padres han ido a buscarme a clase y nos hemos dirigido al chalet para preparar las cosas del cumpleaños.
Yo seguía bastante nerviosa y durante todo el viaje en coche me ha tocado ir recibiendo bronca.
Cuando hemos llegado me he puesto a preparar la masa de las magdalenas.
Hacía muchísimo viento y acababa de empezar una tormenta brutal. Se oían las gotas chocar contra las ventanas y contra el duro pavimento.

Cuando ya estaba terminando la primera tanda de magdalenas, se ha ido la luz. He esperado a que mi padre tocase los fusibles y lo arreglase. Pero tardaba mucho, me temía lo peor. En efecto mi padre ha venido a la cocina a decirme que el fusible se había fundido y la instalación se había estropeado. Nos habíamos quedado a oscuras, sin calefacción, y sin corriente para poder cocinar. Nos las hemos apañado como hemos podido, con velas y demás. Pero cocinar casi a oscuras es muy difícil.
Hemos estado casi una hora a oscuras, esperando, mientras mi padre llamaba al servicio para que vinieran a repararlo cuanto antes. Durante 40 minutos no le han cogido el teléfono, y todos cada vez estábamos más nerviosos, y mientras mis padres intentaban buscar soluciones, ya que el cumpleaños no se podría celebrar allí, yo me derrumbaba de nuevo. ¿Por qué tenía que salir todo mal? ¿Por qué tenía que ser precisamente ese día? Que ya era un día bastante estresante debido al tema de la organización del cumpleaños y yo aún estaba tocada por lo anteriormente ocurrido.

Hemos decido volvernos a Las Rosas para terminar de cocinar las magdalenas que ya había colocado en los moldes, pero que debido a la falta de corriente no he podido hornear.
Mi padre se ha quedado en el chalet a esperar al técnico y mi madre y yo hemos vuelto para cocinar.

Cuando nos hemos montado en el coche para venir hacia Madrid, una fortísima tormenta he empezado. La lluvia caí de una manera brutal, más fuerte y más rápido que nunca. Hacía muchísimo viento y daba la sensación de que en cualquier momento el coche iba a volcar.
Nos hemos puesto en marcha y cada vez era más difícil ver en la oscuridad de la noche, y con el mal tiempo. Los cristales se estaban empañando debido al extremo frío que hacía fuera.

Yo iba sentada en el asiento del copiloto, realmente agotada y dolorida, me dolía todo el cuerpo. El estrés produce mucho cansancio. Cuando ya llevábamos un buen tramo del viaje, nos hemos equivocado y nos hemos metido por donde no era. Hemos intentado dar la vuelta en una parte de la carretera que estaba desierta, pero había un problema, era imposible ver a más de dos metros. Estaba muy oscuro y la lluvia impedía que los faros del coche iluminasen la calzada.
Genial, un viaje que se tardaba en hacer media hora, hemos tardado casi hora y media.

Cuando hemos llegado a casa aún había que hacer la cena, ir a buscar a mi hermano, y cuando cenásemos mi madre se tenía que ir a buscar a mi padre que se había quedado en el chalet.

Por si no ha quedado claro, hoy ha sido un día horrible, y no he conseguido que una sola cosa me salga de forma decente.

No me ha dado tiempo a hornear las magdalenas y a cocinar los bollos. Aún tengo que preparar cosas para la fiesta. Por no hablar de que tengo que estudiar y mañana he de madrugar para ir a un partido de fútbol.

Finalmente el día ha ido mejorando muy lentamente, con eso quiero decir, que al menos la cena estaba rica y la luz se ha arreglado. Mañana me tocará madrugar para cocinar, estudiar y prepararme.

Ah se me olvidaba, al golpear la pared he debido hacerme daño, y ahora tengo torcida o dislocada la muñeca izquierda y me duele a horrores. Me cuesta mucho moverla.
Y no os digo nada lo que he tardado en escribir esta entrada con una mano solo.

Con esto quiero dejar clara una cosa. Una cosa que yo he aprendido hoy.

"Nunca te quejes de que algo va mal, porque siempre puede ir peor"


Algunos pensaréis -Ah, está exagerando- -Que mentirosa- -Es muy surrealista- Me da igual lo que penséis nadie excepto yo (y otras personas que hayan sufrido ataques como este) sabrán como se sufre, lo mal que pasa y el miedo que se experimenta. Hoy he temido por mi vida. 

27 de noviembre de 2011

No te amo como lo hacía ayer.


Cuando te vayas, no pienses que voy a intentar que te quedes.
Y a lo mejor cuando vuelvas, ya habré encontrado otro camino.

Después de tanto tiempo sigues debiendo. Y vas a pasar otra noche a solas.
Así que coge tus guantes y vete, vete mientras puedas.

Cuando te vayas, ¿Te darás la vuelta para decirme, no te amo como lo hacía ayer?

A veces lloro tanto y suplico. Estoy cansada y enferma de que esto te importe tan poco.
Pero cuando ellos te derriben y te hundan es donde vas a quedarte. Solo.

Después de todo lo que has salvado, después de todo lo que te queda, te sigues arriesgando.
Así que seca tus lágrimas y vete, vete mientras puedas.


Cuando te vayas, ¿Te darás la vuelta para decirme, no te amo como lo hacía ayer?

Cuando te vayas, ¿Vas a tener el coraje para decirme, no te amo como lo hacía ayer?



"My hard romance, my painfull romance, my secret romance, my sweet romance, My Chemical Romance"



Por todas esas personas a las que quieres, pero cuando te quieres dar cuenta te han dejado solo. 

Capítulo 6 "Él, yo, nosotros y los demás"



Me apoyé sobre el coche, lleno de agujeros... Me tapé la cara con las manos, intentando no pensar en nada. Pero era imposible, estos dos días eran demasiado para mí. Me estaba viniendo abajo.
Entonces sentí como alguien pasaba su brazo sobre mí. Me apoyaba sobre su pecho y silenciosamente me escuchaba llorar.
No fue difícil imaginar que era Rupert. Levanté la cabeza, estaba muy sonrosada, y tenía los ojos rojos.
- Rupert, lo siento. Siento haberte causado problemas. Pero me marcho. No quiero quedarme aquí ni un minuto más y ser causa de discursiones, o ponerte en peligro. Soy un estorbo, y así solo conseguiré que te hagan daño. - Dije echa un paño de lágrimas.
Me di la vuelta para subirme al coche, pero algo, o mejor dicho, alguien, me lo impedía. Rupert me estaba sujetando la mano. Le miré y vi como sus ojos se hacían agua, estaba nervioso, y esta vez no sonreía.
Tiró de mí, hacía el, y se acercó despacio a mi cara. Cuando estábamos a unos pocos centímetros el uno del otro, le volví a mirar fijamente. El sonrió, yo sonreí. Con eso me habría bastado, pero entonces ocurrió. Nuestros labios se juntaron.
Cerré los ojos en aquel momento tan mágico, dejé que él me llevase. Dejé que él me disfrutase. Era lo que los dos queríamos. Se fue acercando, y sin separar nuestros labios, ni abrir nuestros ojos, fuimos dando pequeños pasos, hasta quedar yo pegada al coche. Me sentía increíblemente bien, no quería que terminase jamás, porque no me creía que estuviera sucediendo.
Entonces el me cogió la cara por ambos lados, de forma muy dulce, con sus manos, firmes. Se separó de mi un momento, y me dijo:
-No quiero que te marches. Me haces falta.
- Me quedaré si tu me lo pides. - Contesté rápidamente.
- Evangeline, quédate conmigo, por favor. 
En ese momento, en mi cara estaba la sonrisa más grande que en ella cabía. Le pasé una mano tras la cabeza, y la otra posado en su hombro, me acerqué mucho a su oido, y le dije:
- Perfecto. Pensé que nunca me lo pedirías.
Entonces sentí como él dejaba asomar su sonrisa, por eso yo, también sonreí, otra vez. 

6 de noviembre de 2011

Capítulo 5 "Él, yo, nosotros y los demás"


Me subí al coche, e hice lo que Rupert me dijo. Entonces él subió también y nos marchamos lo más rápido que pudimos. Cuando a penas llevábamos un par de minutos en el coche, nos dimos cuenta de que nos seguían.
Rupert intentó quitárselos de encima, distraerlos. Pero ellos no tardaron en disparar contra nosotros.
La primera bala golpeó la esquina derecha de la luna trasera, la cual no llegó a romperla. Las dos balas siguientes atravesaron la luna trasera y fueron a parar al asiento de Rupert. La cuarta bala entró directamente por el cristal del asiento del conductor. El coche por el que éramos perseguidos se nos puso justo al lado y disparó, atravesando el cristal del conductor y el del copiloto.
Es un milagro que esa bala no haya acabado con nosotros, pensé.
Cuando Rupert se percató, teníamos el coche echo una pena. Frenó en seco, y se puso a disparar contra ellos, frenándolos, y obligándolos a bajar del coche, que explotó.
Continuamos nuestro trayecto con el destrozado coche, hasta llegar al campo, a una villa, con una hermosa casa y un enorme prado. Me sorprendió que parásemos allí.
- Puedes bajar. No hay nada que temer aquí.
- Está bien.
Me tendió la mano para ayudarme a salir del coche.
- Vamos a quedarnos aquí por un tiempo, pero será mejor que vuelvas a... Será mejor que te vayas a otro sitio cuanto antes, no creo que sea así como quieres vivir.
Me di cuenta de que esto llegaba a su fin. Pronto volvería a mi patética vida, y jamás volvería a ver a Rupert.
Entramos en la casa y en el salón estaba un chico alto, muy rubio y delgado. En cuanto oyó que entrábamos vino corriendo a saludar a su querido amigo. Cuando me quise dar cuenta, ya se me había quedado cara de idiota. ¿Tom Felton? ¿Ese chico era Tom Felton?
-¿Quién es ella? - Preguntó algo cabreado Tom.
- Es Evangeline, mmm... Lo sabe. Y será mejor que se quede o la matarán también.
Entonces Tom y Rupert se fueron a hablar al pasillo. Se gritaban y podía oír como parte de la discursión era culpa mía. No me lo podía creer. Tom Felton y Rupert Grint discutían por mi culpa. Nunca me había sentido peor.
- ¡Eres demasiado bueno, Rupert! ¡La traes aquí porque confías en ella, sin conocerla! ¡Así lo único que conseguirás es que la maten o que te maten a ti! - Grito Tom con todas su fuerzas.
- ¡¿Y qué querías que hiciera?! ¿Que le diera la espalda? Sabes que no puedo hacer eso, Tom. - Dijo Rupert intentando calmarle.
- Sé que tu no eres capaz de tratar mal a nadie. Pero es momento de que lo hagas. ¡La chica no puede quedarse! ¡Conseguirás que todo el mundo se entere de esto!
- ¡Ella no se lo dirá a nadie! - Aseguró.
- ¡¿Y tú que sabes?!
- Simplemente lo sé, nada más.
- Mira Rupert, te lo digo siempre, amigo. Te enamoras demasiado rápido.

Por un momento dejé de escuchar de lo que hablaban, mi mente estaba centrada en otra cosa.
¿Ha... Ha... Dicho... Enamora?
Se me vino todo encima, no sabía que hacer, quizá Tom tenía razón, y lo mejor era que me fuera. Pero por otro lado, no podía dejarlo todo así, sin resolver.
Decidí hacer lo que creí que era mejor. 
Salí de aquella casa tan rápido como me fue posible, y di un portazo tremendo al salir. Portazo que hizo que Rupert se diera cuenta de que había dejado la casa, y que saliera a por mí.



2 de noviembre de 2011

Teatro Real.

Hoy, hemos hecho una increíble visita al Teatro Real de Madrid.

Por fuera, el teatro me ha llamado mucho la atención. Ya que era realmente diferente por un lado y por el otro.

Antes de entrar al teatro en sí, nuestros profesores nos han hecho una pequeña introducción, que a mí, en particular, me ha dejado totalmente enganchada a la historia del teatro. La época en la que se construyó el teatro siempre me ha resultado muy interesante. Por eso esta visita ha cumplido totalmente con mis expectativas.

Nada más entrar al teatro, la guía nos ha hecho, de nuevo, una introducción sobre la arquitectura del teatro.
La primera sala en la que hemos estado, en mi opinión es una de las más bonitas que he visto nunca.
Tenía un precioso suelo blanco, con un óvalo granate en el medio de la sala, que hacía juego con el resto de la decoración.
Esta sala tenía forma de óvalo que se veía rodeado por doce enormes columnas recubiertas de madera y con capiteles de bronce.
A la izquierda de la sala se veía la entrada al palco real, que por alguna razón desconocida no hemos podido visitar.
Sobre esta puerta estaba situado el escudo nacional y a los lados de éste dos instrumentos cubiertos de pan de oro.
Al frente y a la trasera de estaba preciosa sala se encuentran unas escaleras de película. Con un tramo de escalones centrales, y un par de ellos que se bifurcan uno para cada lado. Estas escaleras tenían a cada lado unos preciosos pasamanos dorados que se unían con los escalones por medio de unos estrechos barrotes del mismo color.

Hemos subido por estas escaleras. Y desde ellas, la vista del sala principal era absolutamente maravillosa.
En el descansillo de cada tramo de escaleras había un cuadro de algunas escenas de óperas allí representadas.

Al llegar a la segunda planta hemos parado en una sala redonda, muy pequeñita. Esta estaba decorada toda de un bonito color granate.
Tenía una gruesa alfombra de este color con algunos motivos en un tono de gris. Sus paredes estaban tapizadas por unas telas del mismo color que como decoración tenían una cara bordada.
En la entrada y salida de esta sala se encontraban unas bonitas cortinas, estilo Goya, que cubrían de forma muy elegante la puerta.

En esa sala granate nos han explicado lo extraño y único que resulta este edificio. Por fuera no parece muy grande, pero es realmente inmenso y espléndido.
Su planta sería de aproximadamente diez campos de fútbol y su altura es casi la misma que la de el edificio más alto de Madrid.
Esto no se aprecia desde fuera ya que la mayor parte de este edificio se encuentra bajo el nivel del suelo. Digamos, que tiene siete plantas hacia abajo. Pero también tiene 9 hacia arriba.
En esta sala también nos han explicado para que sirve cada una de las salas que tiene el teatro.

Cuando hemos terminado la explicación de esta sala, la hemos atravesado y pasado a la sala contigua.
Esa sala era una de las salas que se utilizan para que la gente descanse en los descansos de las representaciones.
También estaba decorada en un color granate, suelos, paredes y también los muebles. A uno de los lados tenía unos enormes cuadros de algunas escenas de representaciones, cómo el baile de máscaras, por ejemplo.
Esta sala también tenía, como muchas otras un servicio de bar.

Tras ver esta sala hemos ido directamente a ver el patio de butacas y el escenario.
Nos hemos sentado en la segunda planta, a la derecha del palco real. Las butacas eran muy cómodas, y nos permitían ver la magnitud del escenario, que tiene 32 metro de profundidad.
En esta sala nos han estado explicando lo importante que es la acústica a la hora de construir o decorar  un teatro, ya que cualquier tipo de decoración excesiva deterioraría la acústica.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención de esta sala ha sido la lámpara central.
Era una inmensa lámpara de cristal que ocupaba aproximadamente la misma superficie que el patio de butacas de la primera planta. Era realmente espectacular, por eso me ha costado apartar la vista de ella.

Tras esto hemos ido recorriendo las diferentes salas del teatro y observando con detenimiento la asombrosa decoración de cada una de ellas.

Cada una de las salas estaba decorada de un color en concreto, pero todas se dejaban llevar por un estilo de decoración muy similar. Grandes y gruesas alfombras, increíbles cuadros y lámparas, asombrosos cuadros y tapices, ventanales de suelo a techo y sillones que parecían ser muy cómodos.

De todas las salas que hemos ido visitando, una de la que más me ha llamado la atención ha sido la Sala de los Reyes. ¿Por qué? Porque según nos han contado, los reyes no son muy aficionados al arte o al teatro.

En esta sala la pared estaba decorada con telas en las que las iniciales JC.I y el escudo se repetían innumerables veces.
La parte más característica de esta sala, sin duda, ha sido los retratos de las generaciones de la familia real.
A la izquierda de la sala había dos retratos de antiguos reyes con el uniforme militar, pero al frente de la sala se encontraban nuestros actuales reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Tras visitar todas esas salas hemos subido a la sexta planta y allí hemos visitado el restaurante y la última sala.

El restaurante me ha parecido realmente increíble y maravilloso. La decoración era fantástica. Las paredes y parte del techo pintados de rojo, iluminado por pequeños focos a los lados.
En la parte delantera y trasera unas pequeñas columnas que sujetaban unas telas rojas con los bordes y los flecos negros. Esta especie de toldos se encontraban sobre las barras de bar.

Entre la zona del bar y las mesas de restaurante, cerca de la pared había vitrinas con trajes de alguna dinastía oriental, ya que parte de la sala, se asemejaba a esa decoración en concreto.

La zona de las mesas del restaurante también tenía forma de óvalo y estaba rodeado por gruesas columnas de madera, al igual que la sala principal, que hemos visitado la primera.
La diferencia es que esta vez el techo estaba decorado de una manera especial. Era el cielo estrellado de Madrid. En él estaban representadas las constelaciones y el planeta Marte.

Todas esta decoración en conjunto, crea un ambiente de relajación y bienestar que puede ser difícil de conseguir a veces.
Todas esas columnas, todas esas luces tenues y esa decoración me hacen tener cada vez más claro que quiera pasar en ese restaurante el mayor tiempo posible.

Tras ver el restaurante nos hemos dirigido a la última sala.

En esta se encontraba una maqueta que mostraba con el máximo detalle el funcionamiento de la puesta en escena. Mostraba perfectamente el mecanismo que utilizan para cambiar el decorado de las escenas y todo el trabajo que conlleva.
Esta maqueta también mostraba una de las vistas más espectaculares del día, en mi opinión.
Mostraba cómo se vería el escenario desde el palco real. Una vista absolutamente exquisita.

Otra cosa que me ha gusta mucho de esta última sala ha sido una foto que había colgada en la pared que te daba la visión exacta de como sería estar en ese escenario. De como sería estar ahí plantada, haciendo lo que más te gusta y viendo cómo la gente disfruta de lo que haces.




Esa foto me ha hecho darme cuenta de lo que quiero. Y tengo muy claro que no quiero morirme sin haber pisado ese escenario y haber llenado toda la estancia con mi forma de ser.






25 de octubre de 2011

I think I love you better now.



He descubierto a un nuevo artista. Uno increíble. Tiene un estilo único. Mezcla su espectacular voz con su espectacular manejo con la guitarra y beatbox. 

Su nombre es Ed Sheeran. No creo que ninguno sepáis quien es. Pero si es así me alegro de que haya mejorado su vida con esta música. 

Él mismo se hace los coros y monta sus canciones, por eso es tan increíble. 
A parte de eso tiene una imaginación increíble a la hora de escribir sus canciones. 
La mayoría son canciones muy rítmicas pero lentas. Pero que hablan de cosas profundas, pero comunes. Cosas típicas, pero especiales. 

Tales como cuando un camino se hace difícil o cuánto estás dispuesto a hacer por tu ídolo.
Puede que os preguntéis de dónde me he sacado a este chico, ¿verdad? 
Pues os diré que lo conocí por casualidad. Estaba merodeando por la página oficial de Rupert Grint y allí vi que salía en un vídeo llamado 'Lego House'. Ese vídeo es de una de las mejores canciones de Ed Sheeran. 
Comencé  a escuchar su música por ahí, y aquí estoy ahora, dedicándole una entrada.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Sólo quería deciros que me gustaría mucho que escuchéseis esta canción e intentáseis dedicarle un momento a la letra, porque realmente es una canción muy bonita que es capaz de llenarte los ojos de lágrimas. O por lo menos a mi. 





I'm gonna pick up the pieces,
and build a lego house
when things go wrong we can knock it down

My three words have two meanings,
there's one thing on my mind
It's all for you

And it's dark in a cold December, but I've got ya to keep me warm
and if you're broke I'll mend ya and keep you sheltered from the storm that's raging on

I'm out of touch, I'm out of love
I'll pick you up when you're getting down
and of all these things I've done I think I love you better now

I'm out of sight, I'm out of mind
I'll do it all for you in time
And of all these things I've done I think I love you better now

I'm gonna paint you by numbers
and colour you in
if things go right we can frame it, and put you on a wall

And it's so hard to say it but I've been here before
and I'll surrender up my heart
and swap it for yours

I'm out of touch, I'm out of love
I'll pick you up when you're getting down
and of all these things I've done I think I love you better now

I'm out of sight, I'm out of mind
I'll do it all for you in time
And of all these things I've done I think I love you better now

Don't hold me down
I think my braces are breaking and it's more than I can take

And if it's dark in a cold December, I've got ya to keep me warm
and if you're broke I'll mend ya and keep you sheltered from the storm that's raging on

I'm out of touch, I'm out of love
I'll pick you up when you're getting down
and of all these things I've done I think I love you better now

I'm out of sight, I'm out of mind
I'll do it all for you in time
And of all these things I've done I think I love you better now



24 de octubre de 2011

Capítulo 4 "Él, yo, nosotros y los demás"


- Evangeline, olvida lo que he dicho antes. Quiero que vengas conmigo, hasta que esto se calme.
Sonreí.
De pronto, oímos un disparo.
Rupert me miró, y le examiné rápidamente, por un momento pensé que estaba herido. Gracias a Dios, el tirador falló.
Le cogí la mano con fuerza, y echamos a correr. Dos hombres iban tras nosotros. No corrían muy deprisa, pero ambos iban armados. Rupert me decía que no mirase hacia atrás. Pero no es tan fácil como parece, cuando sabes que en cualquier momento puedes recibir un disparo.
Corrimos a toda velocidad a través de tres o cuatro calles más. Entonces, dimos un brusco giro y nos metimos en un sótano. Rupert cerró rápidamente la puerta y por la mirilla vio como los hombres pasaban de largo.
Mi respiración había abandonado su ritmo normal, y estaba muy nerviosa. No paraba de dar vueltas.

-No me cabe en la cabeza. ¿Quieren matarte porque les debes dinero?- Pregunté extrañada.

-Es... Es algo más complicado que eso.

-Bueno, creo que es un buen momento para explicármelo, ¿no te parece?

-Está bien, pero lo más seguro es que no sea lo que quieres oír. Cuando jugué, y perdí, dije que no les pagaría un duro, entonces me dieron una paliza, me levanté y arrebaté contra uno de los de su banda. Me pasé y cuando me quise dar cuenta, aquel hombre estaba muerto. Yo le había matado.
Me persiguen porque quieren su dinero, y su venganza.

- Lo... Lo... ¿Lo mataste? - Pregunté asustada.

- Sólo me estaba defendiendo. Ellos querían matarme.

Asentí, pero no dije nada. Estaba sin palabras.

- Ojalá nada de esto hubiera ocurrido. - Dijo muy serio.

- Lo que me llama la atención es, ¿Cómo has logrado mantener todo esto lejos de prensa y cámaras?

- No lo sé, pero creo que la propia banda se encarga de que no salga en televisión y radio, porque si eso ocurriera les pondría en riesgo. Son una mafia muy poderosa, y hacen lo que sea para ocultarse.

- Mafia. Madre mía. Tienes problemas con la mafia. Entiendo. - Asentí con lentitud.

- Lo mejor será que pasemos aquí la noche. Iré a buscar algo de comer. No te muevas de
aquí.

- ¿Vas a ir tú solo? - Pregunté preocupada.

Él asintió.

- Ten mucho cuidado.

- Hecho. - Dijo enamorándome con su sonrisa.

-------------------------------------------------------------

Cuando Rupert se fue, me puse a pensar. ¿De verdad esto estaba ocurriendo? ¿De verdad había chocado con Rupert Grint? ¿De verdad es él un asesino? ¿De verdad corro peligro permaneciendo a su lado?

Me cuesta mucho creerlo, pero no veo ninguna razón por la que deba desconfiar de él. Él confía en mi, si no, ¿por qué me ha contado todo eso? Y, ¿por qué confía en mi?

Empecé a pensar en él, en todo lo que le he admirado todos estos años, y ahora estar compartiendo algo con él, resulta increíble. Pensar que en casi 10 años, había estado enamorada de él, que tenía pósters con su cara en mi pared. Esto debía ser un sueño.
Todos estos pensamientos, y todas esas preguntas no se me iban de la cabeza.

Comencé a encontrarme mal, y me quedé dormida.

Desperté justo cuando Rupert entraba por la puerta, y en su mano traía una pistola.

-Evan, levanta, tenemos que irnos.

-Pero, pero ¿Que ha pasado? ¿A dónde vamos?

-Luego te explico, tengo el coche en la puerta. Sube, arráncalo y espera que yo llegue. ¡Rápido!

Cuando salí, había un Mondeo rojo aparcado justo en la puerta. Y a unos 20 metros, estaban los hombres que nos habían estado siguiendo. Le tienen, pensé.



18 de octubre de 2011

Mal estar general y continuo.

Estoy exhausta. Cansada.
No doy más de mi. He superado mi límite. Ahora mi cuerpo y mi mente están en huelga.
Las emociones han acabado conmigo y cada vez me quedan menos fuerzas para luchar.
Vosotros pensaréis, <No me lo creo, si en clase está bien.> A esto os respondo, siempre pensé que sería buena actriz.

Todo el tiempo estoy cansada, triste, con dolor de estómago. Es raro que me ponga enferma, pero ya llevo dos enfermedades en una semana. Algo no marcha bien.

Cada vez que un pensamiento se me viene a la cabeza, lo espanto con otro, pero me doy cuenta de que ese tampoco es bueno y de he espantarlo también. Ya no me queda nada con que despistar a mi mente y ahora está llena de cosas que no me dejan pensar ni actuar.


Me temo que no estoy obteniendo el rendimiento que me gustaría y esto me está pasando factura.
El primer trabajo del curso y me suspende la evaluación. Genial Sara, lo has echo muy bien.

Supongo que no me queda otra que esperar a que esto pase. Y espero que no dure mucho porque tenía pensado aprobar cuarto de la e.s.o.

16 de octubre de 2011

Personal

Algo me falta. Siento que estoy incompleta.
Cuando algo me preocupa, intento relajarme y dejarlo pasar. Pero al minuto otro aspecto de mi vida parece gritar pidiendo ayuda, y yo no puedo ayudarle.
Últimamente no descanso. Me tumbo en la cama y me digo a mi misma, <Sara, a dormir.> Pero eso nunca ocurre.
Empiezo a pensar. En que todo podría haber sido diferente, podría haber sido mejor.
Comienzo a darme cuenta de que llevo mucho tiempo sin acertar. No acerté con él. Ni con ella. Tampoco con ellos.
Me equivoqué al pensar que aquellas personas iban a formar parte de mi vida. Con otras me equivoqué, porque pensaba que eran las adecuadas, pero resultaron no serlo.

Parece ser, que cuando algo tiende a irme bien, otra cosa viene y hace lo posible por exterminar las oportunidades de victoria.

No sé como expresarlo. Es una sensación de incapacidad que me ahoga. No puedo hacer nada por evitar todo lo que me está pasando.
No soy capaz de parar por un momento y pensar, todo va a ir bien.
Obviamente eso no ocurrirá me digo a mi misma.
Nada me sale bien.
Cuando un obstáculo se me presenta, salto y lo paso por encima, pero al ir a posar mis pies en el suelo de nuevo, tropiezo y me caigo. Pero eso no me impide que me levante y siga mi camino.
Durante mi camino, otro obstáculo aparece, me dispongo a saltarlo de nuevo, e intento no fallar esta vez, pero de nuevo tropiezo. Esto mismo me ocurre tantas veces en el camino, que no soy capaz de contarlas.
Estoy cansada de caerme al suelo, y levantarme, sola.
Estoy cansada de que cuando me levante, vuelva a caer tan rápido que no me haya dado tiempo a intentar  superarlo.
Estoy cansada, y siento que algo me falta.
No tengo fuerzas para nada.
Tampoco tengo ganas.

No se me ocurre que puedo hacer para dejar esto atrás.
No se me ocurre que puedo hacer para dormir por las noches.
No se me ocurre que puedo hacer para no sentirme sola aunque esté rodeada de gente.
No se me ocurre que puedo hacer para que algo me salga bien.
No se me ocurre que puedo hacer para darme ánimos.
No se me ocurre que puedo hacer. ¿Qué hago?

El mundo se me viene encima, y pesa tanto que me ahoga. 

9 de octubre de 2011

El código de las bofetadas.

Los que hayáis visto 'Como conocí a vuestra madre' sabréis de lo que hablo.
El nombre correcto sería 'El código de las host***' Pero, no puedo decir palabrotas así que, en su lugar utilizaré los términos: bofetada y bofetón (Sabiendo que bofetón es más fuerte que bofetada).

De acuerdo.
En esta sociedad hemos llegado a un punto de estupidez en el que apostamos con todo, incluidas bofetadas. Pues aquí voy a escribir las reglas de 'Apuestas de bofetadas'.

Nº1. Si no estás dispuesto a dar o recibir una bofetada, no apuestes.

Nº2. Si has apostado, no puedes echarte atrás, ni a la hora de dar, ni a la hora de recibir.

Nº3. Si dos personas que han apostado, se deben una bofetada cada uno. Estas no se anulan. Se dan de       todas formas.

Nº4. La contundencia de la bofetada puede cambiar. Si una de las personas que apuesta está absoluta y completamente seguro que de tiene razón, y en su intento por demostrarlo ofende a la otra persona o se chulea, pero luego resulta que no tiene razón. Esta persona ya no se llevará una bofetada, sino un bofetón.

Nº5. Si has apostado significa que eres consciente de que si pierdes, te llevas una bofetada. Por esta razón, no puedes enfadarte tras recibir la bofetada.

Nº6. Dependiendo del caso, se da la posibilidad de que en la apuesta no hayas de llevarte ni una bofetada ni un bofetón en el momento. Existe la posibilidad de repartir tres bofetadas desde el día de la apuesta hasta el infinito.

Nº7. Si la persona que ha ganado no se ve dispuesta a darle una bofetada al contrincante, puede ceder la bofetada o bofetadas a otras personas ajenas a la apuesta.

Nº8. Tanto las bofetadas como los bofetones deben ser dado en presencia de alguien que sepa de la apuesta pero que no sea ni el individuo que da, ni el que recibe.

Nº9. Las bofetadas deben ser limpias. Es decir, el que da, no puede llevar anillos ni joyería.

Nº10. Las bofetadas deben ser dadas en la cara, obviamente. Si no, éstas no se cuentan y se ha de repetir.

Nº11. Si la apuesta que has ganado hablaba de bofetada y lo que tu das es un bofetón (das más fuerte de lo que deberías). La persona a la que se lo has dado puede elegir si quiere devolvértela.

Nº12. Si la persona que ha perdido la apuesta, debía llevarse un bofetón, pero el vencedor no quiere dárselo, tiene dos opciones: darle una bofetada en el momento y tres en el infinito o darle un bofetón en el momento. Si no quiere ninguna de las dos cosas, ajo y agua. No haber apostado.

<<Estas apuestas son sólo para valientes. Si crees que no serías capaz de pegar a un amigo, ni con permiso, no apuestes. >>

Aquí dejo algunos vídeos de la apuesta original de HIMYM.





Comprobado el día 9/10/2011 tras apostar en el metro, cada una de nosotras nos hemos llevado una bofetada.
ALBA. DIANA B. SARA.

8 de octubre de 2011

Capítulo 3 "Él, yo, nosotros y los demás"


Dicen que los mejores abrazos son los que duran más de seis segundos. Por esa regla el nuestro debió ser el mejor abrazo del mundo. Estuvimos abrazados casi un minuto.
-Si has leído mi nota no entiendo que haces aquí.
-No me cabe en la cabeza. ¿Tan peligroso es que no puedo pasar algo más de tiempo contigo? - Murmuré.
-Creéme, te irá mejor si te mantienes al margen.
-No quiero mantenerme al margen. Si me alejas porque es peligroso para mi, también lo es para ti. No voy a dejar que vayas solo a ninguna parte.
-Mira, Evangeline, eres un cielo, pero no. Tú no vienes a ninguna parte. Es mejor que olvidemos esto y hagamos como que nada ha ocurrido. - Dijo, con un tono de tristeza en su voz.
- No puedes pedirme eso. No voy a poder hacerlo. Quizá no te guste oírlo, pero conocerte es lo mejor que me ha pasado nunca. - Farfullé con lágrimas en los ojos.
- Anda no llores y vete a casa. Tu familia se preguntará dónde te metes.
Ahí sí que no pude hacer nada para evitarlo. Me eché a llorar. Se me había pasado comentarle que nadie se preocupa por mi, vivo en un orfanato.
Me caían un montón de lágrimas por las mejillas, eran muy abundantes. Intentaba ocultarlas, no me gusta llorar. Pero fue en vano.
- ¿Porqué lloras? - Preguntó él. - ¿Es por que no quiero que vengas conmigo?
Al ver que no contestaba, siguió intentándolo.
-Si no es eso, es por algo que he dicho, seguro. Escúchame, si confías en mi tanto como yo en ti, puedes contármelo. No te preocupes.
Cuando me sequé las lágrimas, tragué saliva con calma y me dispuse a contarle todo.
- Que yo llore no es culpa tuya, es sólo que... Yo... A nadie le importa si vuelvo o no. Quiero decir, nadie me espera. No, no... No tengo quien me eche la bronca si llego tarde, ¿entiendes?
Él abrió la boca lentamente y parecía que iba a decir algo. Esperaba oír un <Ahm, vaya. Lo siento.> Típico de la gente. Pero él supo responder mucho mejor. Me abrazó. Pero no fue un abrazo normal. Fue el abrazo que mejor me había echo sentir en toda mi vida. Fue un abrazo de los que te gustaría que durasen para siempre.
-Es increíble. - Pensé - ¿Cómo puedo sentir tanto por una persona a quien no conozco? ¿Cómo puede esa persona hacerme sentir tan segura? ¿Qué es lo que me ocurre? ¿Por qué no quiero soltarle? ¿A dónde me lleva esto? ¡Él es Rupert Grint! Podría estar abrazando a todas la chicas que él quisiera. Pero me ha elegido a mi. ¿Por qué?
Nos soltamos. Entonces el me levantó la barbilla, para mirarme a los ojos. Yo miré los suyos. Vi como me miraba fijamente, y como poco a poco se le dibujaba una sonrisa en la cara.
Desde ese momento supe, que cada vez que le mirase sonreiría. 

2 de octubre de 2011

Capítulo 2 "Él, yo, nosotros y los demás"


Llegamos al centro sanitario, pero como me esperaba, se encontraba cerrado. Rupert me miró y me dijo, que lamentaba lo que había pasado pero que no podía quedarse más tiempo. Tenía que irse.
Entonces me armé de valor, y esto fue lo que salió de mi boca:
-Rupert.
-Dime.
-¿Por qué te persiguen?

Una vez que lo dije pensé, ¿y si me equivoco?. Pero no.

- No me gusta ser maleducado, pero creo que no te incumbe. - Contestó.
- Es cierto, pero me debes una, ¿no? - Dije enseñándole mis manos llenas de cortes.
- Hablemos en otro sitio. - Dijo.

Nos escondimos en una calle sin salida, en la que pudiéramos ver si alguien le seguía.

No tardó mucho en explicarme que había tenido problemas con un mafia cuando jugaba al póker y que debía bastante dinero. Me quedé asombrada. Creía que eso solo pasaba en las películas.

- Te parecerá extraño. No sé por que confío en ti de esta forma. No te conozco. Pero siento que puedo confiarte mi vida.

No supe que decir. Me sonrojé y sonreí de tal forma que dejé ver los hoyuelos que me salen cuando sonrío.
El sonrió también y pude ver los hoyuelos que el tenía alrededor de esa preciosa sonrisa.


Me cogió las manos y me acercó a una farola. Sujetó una de mis manos y la colocó mirando hacia arriba. Acercó su otra mano a mis heridas, y me dijo que me iba a curar, y eso hizo.
Comenzó sacándome los cristales que habían quedado, comencé a sangrar y el puso su mano sobre la mía. Notaba como mi sangre salía de mi mano, chocaba con la suya y caía lentamente al suelo.
Soltó la mano con la que sujetaba la mía, y se quitó suavemente el pañuelo que llevaba al cuello, para atármelo y detener la hemorragia.
No sé por qué. Quizá por la emoción o porque había perdido algo de sangre, pero me desmayé.

Me desperté en una habitación, de un color salmón, o quizá fuera más naranja, no puedo recordarlo. Yo estaba en una cama de matrimonio, desecha por los dos lados. Me levanté de la cama y vi mis zapatos. Él me los había quitado antes de echarme sobre la cama. Miré mis manos, y estaban curadas. Los cortes estaban secos.
Me acerqué al tocador. Sobre él había un sobre con mi nombre.

-Típico - Pensé. -La habitación vacía y una carta suya.

En efecto. Era una carta en la que decía:
< Evangeline, espero que cuando despiertes estés mejor. Ha sido un placer conocerte, pero por lo que sabes, te irá mejor si te alejas de mi y no le dices a nadie que has estado conmigo. Te lo digo de corazón. Te dejo algo de dinero para que puedas volver a tu casa. Lo siento mucho pero cuando leas esto, pienso estar ya muy lejos. >

Solté la carta rápidamente, abrí la ventana de par en par y miré la calle con expectación. Buscaba ansiosamente entre la gente que pasaba por allí, esperando encontrar a un hombre pelirrojo. Continué observando durante un par de minutos más.

Para mi sorpresa, vi como Rupert salía lentamente por la puerta del hotel.

Sin pensar ni un momento en lo que él decía en su carta, bajé corriendo los tres pisos de escaleras y corrí hacia la puerta principal. Una vez fuera, lo busqué a un lado y otro de la calle, y allí lo vi. A varios metros de mi. Corrí hacía el, gritando su nombre, y cuando estaba lo suficientemente cerca como para que me oyera, me oyó. Se giró, me vio. Me nombró y se giró para marchar.
Corrí un poco más y me puse delante de él.

Él me miró de arriba a abajo. Riéndose y dejando ver su bonita sonrisa me dijo:

- Estás descalza, ¿lo sabías?

Estaba muy nerviosa, porque pensaba que todas esas maravillas iban a llegar a su fin, que no pude evitarlo y le abracé.




Aquarius


Creo que nunca había oído ninguna oración así. No había oído ninguna, que, a pesar de ser corta, haga sentir tanto. Que haga reflexionar tanto. Y que tras horas de pensar todo lo que eso significa, sonrías.
Esas son las cosas que de verdad merece la pena escuchar. Por eso, voy a guardar esta frase como si de mi mayor tesoro se tratase.

"Cuando naces, tú lloras y todos a tu alrededor sonríen. Ve y vive tu vida de forma que cuando mueras, seas tu el que sonría y todos a tu alrededor los que lloren."

1 de octubre de 2011

Mi patronus.


Para los que hayais visto la saga de Harry Potter no hará falta explicaros lo que es un Patronus, pero de todas formas lo pongo aquí:

Un Patronus es un animal insubstancial protector que puede ser convocado con un nivel avanzado de encantamientos. Un patronus puede atacar a enemigos, y si el usuario es bastante fuerte, puede llegar a dañar al enemigo. Este encantamiento tiene una fuerza inmensa para auyentar a los dementores. Patronus sólo puede ser evocado por buenos magos, y si una bruja o mago se encuentra bajo la inflluencia del mal, ellos no serán capaces de convocar su Patronus.

El otro día encontré un test en el que según las respuestas que dieras te decía que animal es tu Patronus.
Pues a mi me dijo esto:
Trabaja mejor en un grupo de gente cercana y es con leal a aquellas personas que le son leales. Usted es invencible en un grupo e increíblemente fuerte solo, debido a su astucia en la realización de un trabajo.


Y mi Patronus es: ¡UN LOBO!




Sólo tú!

No dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo.
No dejes que nadie te diga que no eres diferente.

Ser diferente es lo mejor que le puede pasar a un ser humano.
Pensar de forma diferente, hablar de forma diferente, reír de forma diferente, sentir de forma diferente.

No dejes que te hagan sentir mal, no. Ellos no son nadie para decirte quien eres. Tú decides quien eres.

Tu eres quien elige si vas a dejar que algo te afecte, o si simplemente vas a dejar que choque contra tu muro y se marche cabizbajo.
Tu eres quien elige si la espina que tienes clavada, se puede sacar fácilmente o si va a permanecer ahí hasta que se haga una con tu cuerpo.
Tu eres quien elige si vas dejar que te humille alguien que no te merece.

Tú eliges. Porque tu controlas tu mundo. Tú y sólo tú.


Escribir, no es tan fácil como parece.

He estado leyendo los blogs del año pasado de algunos compañeros de 4º de ESO.
Y de verdad me he preguntado ¿Llegaré yo a tener un blog tan bueno como el suyo?
Porque sinceramente, he leído un par de entradas de cada blog, y cada una me parecía mejor que la anterior y así sucesivamente.
Todos ellos tienen un contenido único, y una forma de expresarlo increíble.
Supongo que como todo el mundo, tenemos un montón de cosas que contarle al mundo, pero que no sabemos como hacerlo. No sabemos que palabras utilizar para que todo el mundo entienda perfectamente lo que quieres decirles.
Lo piensas, y en tu mente suena de maravilla. Pero luego lo escribes y te das cuenta, de que así nadie va a entenderlo. Piensas y piensas en cómo podrías escribirlo para lograr tu objetivo final, pero no consigues que quede como tu quieres.
Por eso, he de decir, que no se me habría ocurrido una forma mejor de aprender a expresarnos que con un blog.

Con esto quiero decir que cuando el curso termine, me gustaría poder escribir cualquier cosa que se me pase por la mente, y todo el mundo entienda exactamente lo que quiero decir.

Capítulo 1 "Él, yo, nosotros y los demás"


Me he metido en un buen lío.
Ahora lo sé, este chico no me ha dado más que problemas. Pero uno no elige de quien se enamora.
--------------------------------------------------------------------------------------
Era tarde. Iba de camino a casa. Me encontraba caminando por una calle que suele estar llena de gente. Pero que aquel día estaba vacía.
Observaba distraída como el viento sacudía las hojas de los árboles. Entonces, un hombre de unos cuarentaitantos años me preguntó agitado, si había visto a un hombre pelirrojo. Durante unos segundos no pude contestar, me había quedado asombrada con la cicatriz que atravesaba la cara de aquel hombre. De repente, el hombre me agarró y me sacudió. Entonces reaccioné y contesté que no lo había visto.
Él hombre se marchó, y yo me di la vuelta para ver como se iba.
Cuando me fui a dar la vuelta, no me di cuenta de que un hombre venía corriendo justo en mi dirección. No me dio tiempo a apartarme y chocamos.
Cuando me quise dar cuenta, estábamos los dos tirados en la acera. Y yo estaba sobre él. Nos levantamos, y él se dio cuenta de que al chocar me había herido. Mis manos habían ido a parar sobre unos cristales rotos.
-Oh, madre mía. Lo siento mucho. No quería hacerte daño.
-No te preocupes, no es nada. -Dije con los ojos llorosos. 
Se paró en seco, dio un paso hacia mí, y me sujetó las manos con mucho cuidado. Se ofreció a acompañarme al hospital. Accedí.
Se puso a llover.
Al principio, la lluvia era muy leve, pero en cuestión de minutos estábamos empapados.
Era de noche, estaba muy mojada. Tenía frío.
Él se dio cuenta y me puso su chaqueta por encima. De poco sirvió porque también estaba empapada. Pero aún así me pareció un gesto muy noble.
Caminamos juntos hasta el centro sanitario más cercano. Durante el trayecto ninguno de los dos dijo una palabra. De pronto dejó de llover. Y el hombre se quitó la capucha que llevaba.
Para mi asombro, el hombre era pelirrojo. Entonces me pregunté si ese podría ser el hombre por el que antes me habían preguntado. Durante un par de minutos más ninguno de los dos dijo nada. Pero yo estuve mirándolo atentamente.
- Perdona, una pregunta. ¿Eres Rupert Grint, no es cierto?
- Eh sí, sí. Ermm... ¿Tú eres?
- Evangeline. Encantada de conocerte. - Dije, con una boba sonrisa en mi cara.