15 de septiembre de 2011

Me gustas.




Me gustas cuando callas porque estás como ausente,  
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los labios se te hubieran volado,
y parece que un beso te cerrara la boca.


Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma
y te pareces a la palabra melancolía.


Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.


Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.


Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


<Un poema de Pablo Neruda>




Porque muchas veces no es fácil decir lo que se siente o lo que se piensa.
Muchas veces por mucho que quieras ponerle nombre a ese sentimiento, no puedes.
Hay situaciones en las que nos gustaría poder decir, porque una persona nos gusta, porque estás enamorado de esa persona y no de cualquier otra.
Pero muchas veces sólo decimos, porque sí.







2 comentarios:

  1. Ya sabía yo que a ti Neruda te iba a gustar mucho.

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  2. Si profe, pero que sepas, que había descubierto a Neruda mucho antes de la lección que dimos en clase. ;)

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