1 de octubre de 2011

Capítulo 1 "Él, yo, nosotros y los demás"


Me he metido en un buen lío.
Ahora lo sé, este chico no me ha dado más que problemas. Pero uno no elige de quien se enamora.
--------------------------------------------------------------------------------------
Era tarde. Iba de camino a casa. Me encontraba caminando por una calle que suele estar llena de gente. Pero que aquel día estaba vacía.
Observaba distraída como el viento sacudía las hojas de los árboles. Entonces, un hombre de unos cuarentaitantos años me preguntó agitado, si había visto a un hombre pelirrojo. Durante unos segundos no pude contestar, me había quedado asombrada con la cicatriz que atravesaba la cara de aquel hombre. De repente, el hombre me agarró y me sacudió. Entonces reaccioné y contesté que no lo había visto.
Él hombre se marchó, y yo me di la vuelta para ver como se iba.
Cuando me fui a dar la vuelta, no me di cuenta de que un hombre venía corriendo justo en mi dirección. No me dio tiempo a apartarme y chocamos.
Cuando me quise dar cuenta, estábamos los dos tirados en la acera. Y yo estaba sobre él. Nos levantamos, y él se dio cuenta de que al chocar me había herido. Mis manos habían ido a parar sobre unos cristales rotos.
-Oh, madre mía. Lo siento mucho. No quería hacerte daño.
-No te preocupes, no es nada. -Dije con los ojos llorosos. 
Se paró en seco, dio un paso hacia mí, y me sujetó las manos con mucho cuidado. Se ofreció a acompañarme al hospital. Accedí.
Se puso a llover.
Al principio, la lluvia era muy leve, pero en cuestión de minutos estábamos empapados.
Era de noche, estaba muy mojada. Tenía frío.
Él se dio cuenta y me puso su chaqueta por encima. De poco sirvió porque también estaba empapada. Pero aún así me pareció un gesto muy noble.
Caminamos juntos hasta el centro sanitario más cercano. Durante el trayecto ninguno de los dos dijo una palabra. De pronto dejó de llover. Y el hombre se quitó la capucha que llevaba.
Para mi asombro, el hombre era pelirrojo. Entonces me pregunté si ese podría ser el hombre por el que antes me habían preguntado. Durante un par de minutos más ninguno de los dos dijo nada. Pero yo estuve mirándolo atentamente.
- Perdona, una pregunta. ¿Eres Rupert Grint, no es cierto?
- Eh sí, sí. Ermm... ¿Tú eres?
- Evangeline. Encantada de conocerte. - Dije, con una boba sonrisa en mi cara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario